Es en estos días, de junio, cuando comienzo a agendar las entrevistas a mujeres, usando criterios estrictos de metodología cualitativa, que escribo esto. Dios junto a un equipo también de mujeres me guió para que las que tienen una trayectoria inspiradora como creyentes ya adultas, esposas, madres, obreras, profesoras, investigadoras, y la lista continuará... me cuenten su historia. El llamado no se jubila. Algunas de ellas, ya retiradas de la Academia siguen trayendo el reino de Dios, desde la voz de su experiencia de haber transitado con el Señor el trabajo en la universidad en realidades diversas. Todavía no tengo terminado el punteo de preguntas, pero en mis audios o mensajes por WhastApp cuando avanza la coordinación, luego de la formalidad que me facilita el movimiento nacional para iniciar el proceso de entrevistas, se me acelera la sangre al escuchar las primeras reacciones a mi invitación a contar sus historias, porque realmente han vivido toda una vida amando su dedicación...