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Cuando tu alarma es el llanto de un bebé

Leí durante la gestación de mi segundo hijo que la ansiedad es una "alarma" para la oración (Redbubble, 2023). El apóstol Pablo se lo dijo así a los Filipenses (4:6-7, versión inglesa The Message de Eugene Peterson, traducción propia):


No se inquieten ni se preocupen. En lugar de preocuparte, ora. Deja que las peticiones y alabanzas transformen tus preocupaciones en oraciones, haciéndole saber a Dios tus preocupaciones. Antes de que te des cuenta, un sentido de la totalidad de Dios, de que todo viene junto para bien, vendrá y te tranquilizará. Es maravilloso lo que sucede cuando Cristo desplaza a la preocupación en el centro de tu vida.


     Comencé este escrito, el título al menos teniendo un solo niño, cuyo llanto a veces parecía imparable. Cuando quería dormir una buena siesta, escribir un artículo, terminar de leer un capítulo de un libro, la alarma sonaba: «¡bua, bua!». Dice la RAE (2019) que «¡bua!», suele ser la "onomatopeya con la que se refleja por escrito el sonido del llanto de un bebé en español", normalmente repetida dos veces. Aunque la cuna esté pegada a nuestra cama puedo llegar a sentirla a kilómetros de distancia cuando caí en un sueño profundo por el cansancio acumulado. 


     Además, por primera vez -de probablemente varías veces- cambié dos pañales consecutivamente, uno de un bebe de 9 días y otro de un niño de dos años y 8 meses. Actividad en la que mi esposo se está volviendo experto. ¡¿Cómo será tener mellizos?!


     Permítanme un paréntesis. El primer pañal que le cambié a Leonel en la clínica cuando ya me pude parar sola, día que su papá salió a llevar al hermano mayor al jardín, decía: "Todo lo creado cuenta la gloria de Dios", refiriéndose sí a la caca (que todavía era meconio y es más difícil de limpiar). Es que en su Baby Shower uno de los juegos fue dejar un "Mensaje secreto en el pañal". Habíamos pedido a los invitados que escribieran con una fibra algún mensaje gracioso en un paquete de pañales para leerlos cuando nos tocara ponérselo al bebé. Lo cual fue muy oportuno y ese un auténtico mensaje profético. Esto me recuerda una lectura reciente, con la cual amplío y cierro este paréntesis:


UNA LITURGIA PARA 

Cambiar Pañales II. 


PORQUE SON MUCHOS LOS PAÑALES QUE HAY QUE CAMBIAR


Ah, Señor, ¡qué desastre hacemos a veces con nuestras vidas!

Qué trágica comedia es incluso nuestro intento más sincero de merecer la justicia por nosotros mismos. 

No somos más capaces de santificarnos que este niño de no mancharse.

Dependo tanto de tu gracia

y de tu propia justicia, oh Cristo,

para justificarme y limpiarme, como este pequeño depende de mí para lavar el residuo de suciedad de su piel, envolviéndolo de nuevo en vestiduras suaves y recién lavadas.

Que no me frustre

por la repetición constante

de este acto necesario para el niño.

Más bien, que el hacerlo a diario sea para mí un recordatorio

de la constante limpieza y cobertura de mi propio pecado, que yo -desvalido como este bebé

y más a menudo necesitado

gozo de las misericordias activas de Cristo.

Amén. 

(Mckelvey, 2017, traducción propia)1

 

     Pero si ahora puedo escribir esto es porque Leonel y Henry duermen. La imagen grabada en mi mente es la que nos regalaron el 4 de octubre de 2023 1:14/1:15 am. Ambos de alguna manera cruzaron los brazos y sus manitos como si estuvieran rezando, teniendo una conversación apacible con nuestro Creador.



     Digo conversación porque es la forma en que como creyentes en Jesucristo entendemos la oración. Vale otro paréntesis. 

     

En pleno trabajo de parto el pasado 27 de septiembre Leonel no bajaba para poder tener el parto vaginal, mis contracciones eran maravillosas, pero la dilatación había quedado en 6. La obstetra entró nuevamente y nos dijo: "Tendremos que tomar una decisión". Nos explicó los riesgos y sugirió la cesárea. Salió. Le pedí a Marcelo que se acerque y orara. Necesitaba entregar ese miedo, ese ya duelo de un parto normal, y la incertidumbre del posoperatorio a nuestro Dios y Padre del Hijo del Altísimo. Entonces entró la partera, y me preguntó con mucho amor: "¿Cómo estás? Ya llamamos al anestesista". Lo que más quiero recordar, que cuando le respondí: "Está bien, confío en ustedes y confío en Dios, porque hemos orado". Me repreguntó: "¿Y qué rezaron?" Mi respuesta fue: "No. No repetimos un rezo, conversamos con Dios lo que sentimos y las palabras que usó Marcelo que me trajeron paz fueron algo así: «Señor, que estén las condiciones dadas para que los dos estén bien»" .


Alarma y oración, llanto de bebé, pañales, oración entendida como conversación con Dios y "en el nombre de Jesús" (Juan 14:14), son más que palabras. Aprendí a llorar como un bebé hambriento o sucio. A dejarme alimentar, limpiar y amar por un Dios que entregó a su propio hijo. Aprendí que Dios conoce esta alarma mejor que yo. Que si lloro Él me escucha, no se cansa ni se duerme (Salmos 121:3), no tarda en levantarse y socorrerme. Entonces amada así, puedo amar a mis hijos. Es un amor sacrificial sí, pero en el encuadre correcto del amor de Jesús y, es un amor que como mamá me incluye. Que acepta mi ansiedad. Mis miedos. Mi duda. Una larga lista. 

     

Valga una aclaración final, empática y defensiva si se quiere de que cualquier mujer madre que ha tenido un parto, una cirugía, ni hablar un aborto, experimentamos emociones, sentimientos, dolores, duelos y tantos etcéteras diferentes, todos válidos, incluidos los míos. Entonces termino con otra oración, con las palabras de Jesús en San Juan 14:25-27 (versión The Message de Eugene Peterson, traducción propia):


Les digo estas cosas mientras vivo con ustedes. El Amigo, el Espíritu Santo que el Padre enviará a petición mía, les aclarará todo. Él os recordará todo lo que os he dicho. Os dejo sanos y salvos. Ese es mi regalo de despedida para ti. Paz. No te dejo como estás acostumbrado a que te dejen: sintiéndote abandonado, desamparado. Así que no te enfades. No te angusties.

 


Referencias


Mcklvey, D. (2017). Every moment holy. https://www.everymomentholy.com/liturgies


RAE [@RAEinforma]. (20 de febrero de 2019). La onomatopeya con la que se refleja por escrito el sonido del llanto de un bebé en español suele ser «bua» [Tweet]. Twitter. https://twitter.com/RAEinforma/status/1098225835599900677


Redbibble. (2023). [Lamina artística]. https://www.redbubble.com/es/i/lamina-artistica/La-ansiedad-es-su-alarma-personal-para-orar-de-Pr1ncessM/55762966.1G4ZT


Sociedades Bíblicas en América Latina. (1983). La Santa Biblia.  Versión Reina Valera, revisión 1960. Bélgica: Mundo Hispano.


_____

1 Fuente y agradecimiento a nuestro hermano mexicano Josué Alanis: https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=pfbid02mxQfPxMTE9kArPUMsu2WFzXmsFvThHreSHRq55oazC7hWauveY9AFXex7ayVaJWjl&id=530059715&mibextid=Nif5oz


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